domingo, 15 de noviembre de 2015

Comentario de Texto

Amigos y vasallos de Dios omnipotente, 
si escucharme quisierais de grado atentamente 
yo os querría contar un suceso excelente: 
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.

Yo, el maestro Gonzalo de Berceo llamado, 

yendo en romería acaecí en un prado 
verde, y bien sencido, de flores bien poblado, 
lugar apetecible para el hombre cansado.

Daban color soberbio las flores bien olientes, 

refrescaban al par las caras y las mentes; 
manaban cada canto fuentes claras corrientes, 
en verano bien frías, en invierno calientes.


El texto empieza con una introducción alegórica de la obra Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, principal representante del Mester de Clerecía del siglo XIII. Esta obra está compuesta por veinticinco milagros realizados por la Virgen María, en la que en cada uno de ellos destaca la intervención de ésta en favor de los piadosos para salvar sus almas o protegerlos de algún mal. 


El lenguaje se caracteriza por ser cuidadoso y selecto, aunque en esta obra se utiliza un lenguaje más familiar. De esa forma, los textos adquieren sabor de inmediata realidad. 


La estructura externa, es decir, la métrica, es la misma en todas las obras de la época. Las estrofas están formadas por cuatro versos alejandrinos regulares de arte mayor, que tienen rima consonante con esquema AAAA. Llegamos a la conclusión de que este fragmento está redactado en cuaderna vía. 


Los milagros de Berceo tienen finalidad didáctica y religiosa, pues trata de mover a los lectores-oyentes a una vida más correcta, influida por la presencia de la Virgen María. Sin embargo, el tema de este fragmento es el Locus Amoenus, pues podemos apreciar con claridad y precisión cómo el autor describe un lugar idealizado en el que él se siente cómodo; un ambiente natural en donde puede descansar y evadirse de todo tipo de preocupaciones. 


En este texto podemos ver muy destacado las seguidas llamadas de atención al lector-oyente (verso 1) y la oralidad, pues la obra va dirigida a una gran mayoría analfabeta, y la intención de éstas eran ser leídas en voz alta (versos 2 y 3). También podemos encontrar rasgos de autoridad (verso 5) para llamar más la atención. En el resto de la obra, Berceo solo se limita a describir el entorno en donde se encuentra, que es el Locus Amoenus, usando metáforas y epítetos para embellecerlo. 

En resumen, es una obra sencilla propia del Mester de Clerecía y se sitúa dentro de la línea del teocentrismo medieval de la época. Además, se caracteriza por su sencillez y regularidad métrica. 


Gabrielle Marques Shimoda, 1ºA