lunes, 1 de febrero de 2016

Comentario de Texto

A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían;

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, Oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por qué lloraba! 

El comentario de texto que vamos a realizar a continuación se trata del Soneto III, obra del prestigioso poeta del momento, Garcilaso de la Vega, realizada en el siglo XVI. Garcilaso, como poeta petrarquista, introdujo las formas italianas en su obra, breve, pero de gran calidad. Es considerado también el principal representante de la lírica en el Primer Renacimiento. 

El soneto hace referencia a un fragmento del mito de Apolo y Dafne, de la antigua Grecia. En este mito, Apolo, dios de las artes y la música, se enamora perdidamente de Dafne, una ninfa, que no le corresponde. El soneto detalla con claridad la metamorfosis que sufre Dafne a árbol con el fin de que Apolo deje de perseguirla. Esto refleja perfectamente algunos de los tópicos mas comunes de la época; la mitología de la antigüedad greco-latina, el locus amoenus, y el amor platónico, en el que nos muestra un amor desengañado ante el rechazo de la dama.

La estuctura interna se divide en tres partes: la primera parte está formada por los dos cuartetos, en los cuales se decribe cómo Dafne se va convirtiendo en árbol. Abundan las metáforas, epítetos y elementos retóricos (verdes hojas, torcidas raíces...) para reforzar la transformación de Dafne a árbol. La segunda parte se compone por el primer terceto y
 habla de la tristeza y el amor no correspondido. La tercera parte se forma por el último terceto, y vendría a ser la conclusión y la idea que sacamos de este soneto. Se repite con frecuencia el ''oh'' como exclamación. 

Respecto a su estructura externa, podemos observar la influencia de la forma italiana en el soneto, compuesto por catorce versos de once sílabas (dos cuartetos y dos tercetos). Presenta el siguiente esquema, propio de los sonetos: ABBA ABBA CDE CDE. Además los versos riman en consonancia.

En conclusión, podemos apreciar en el soneto la presencia del humanismo y su función representativa. Además, contiene una forma muy cuidada y perfeccionista. Sobresalen la musicalidad, la suavidad (sobretodo en la adjetivación) y la elegancia, y también una emoción lírica que transmite los sentimientos de amor y tristeza debido al rechazo de la amada, todo ello siendo influencia de la literatura italiana y rasgos propios del Renacimiento.

Gabrielle Marques Shimoda, 1ºA